¿Cómo surgió Un Mismo Equipo? ¿Me puedes contar la génesis de este proyecto?
Debería remontarme a 2009, cuando tenía 19 años y era estudiante. Después de clase decidí volver andando a casa en lugar de tomar el autobús. Conocí a un hombre llamado Johnny que vivía en la calle y le invité a comer; me contó que llevaba cuatro días sin hablar con nadie. Y en ese instante algo cambió dentro de mí y desde entonces empecé, en la medida de mis posibilidades, no solo a invitar a algo caliente cada vez que veía una persona viviendo en la calle, sino a charlar un buen rato con ella.
Y bueno, en mayo de 2021 llegó a mis manos la foto de Manuel, un electricista que estaba pidiendo trabajo en la calle de Alcalá con un cartel. La foto la había tomado una amiga. Decidí acercarme a conocerle y le comenté que subiría su foto a mi Instagram a ver si había suerte. Y la hubo. En menos de una hora tenía muchísimas ofertas de trabajo y una propuesta en concreto que le cuadraba mucho. La foto se hizo viral y algunas personas me enviaron fotos de gente en una situación similar, así que al día siguiente decidí conocer a otra persona que había perdido su empleo por culpa de la pandemia, y de nuevo fue un éxito. Así que decidí crear una cuenta de Instagram que diera a entender algo que, cuando era pequeño, los Boy Scout me dejaron muy claro… Y es que todos estamos en el mismo barco, estamos en el mismo equipo.
¿Y quién está contigo en ese equipo?
El proyecto lo conforma cada día más gente. Pablo García entró hace unos meses para ocuparse del departamento de soporte y operatividad. Miguel Jiménez nos ayuda en el departamento que estamos creando de eventos benéficos. Julia Martínez es nuestra psicóloga y la encargada desde hace muy poquito de tratar con las personas que ayudamos, así como realizar un seguimiento con las empresas que contratan a nuestros talentos para asegurarse de que todo funciona de maravilla. Y junto a ella también se ha incorporado Marina de Fazio, quien es la encargada del desarrollo estratégico de Un Mismo Equipo. Y yo me ocupo de que todo funcione, de la comunicación (escribo cada publicación después de haberme entrevistado con la persona que queremos ayudar), así como de decidir con la ayuda del resto del equipo, qué persona necesita con mayor rapidez ser ayudada.
¿A cuántas personas habéis ayudado desde que empezasteis este proyecto?
Desde principios de mayo, que fue cuando empezamos a trabajar, podemos decir que hemos ayudado a 15 personas a salir de una situación en riesgo de exclusión. Hay casos, como el de Ana, que nos han dejado bastante tocados. Ana perdió a su marido, su empleo y su casa por culpa de la pandemia, y llevaba un año malviviendo en un coche que le habían dejado en Madrid capital. Por suerte, con las donaciones que recibimos pudimos realojarla en un hotel de inmediato, cubrir todas las necesidades que tenía y conseguirle un empleo en Girona, donde está trabajando en un hotel, en el cual tiene todos los gastos cubiertos aparte de un buen sueldo.
¿Cómo pueden las redes sociales ayudar a buscar empleo a alguien?
Dando difusión a nuestra obra, a nuestro trabajo. Si logramos que la cadena de personas se vaya haciendo cada vez más grande, conseguiremos más visibilidad para cada historia que publicamos, más financiación para poder sufragar los gastos de estas personas hasta que sean autónomas, más ofertas de empleo directas de empresarios que quieran colaborar con nuestro movimiento y dar segundas oportunidades a personas a las que en algún momento la vida les ha dado la espalda. El único fin es asegurarnos de que cada vez menos gente tenga que vivir en la calle o en situaciones indignas.
Imagino que la vuestra no es solo una misión online. ¿Cómo se traduce en el mundo físico?
No, por supuesto. Hay mucho trabajo de campo detrás. Muchas visitas a la calle, muchas llamadas, muchas reuniones para que cada caso de éxito pueda materializarse. Así como servir de fuente de inspiración para que la gente deje de ir por la calle sin mirar. Para que los jóvenes, especialmente, empiecen a darse cuenta de que el cambio depende de nosotros y de nuestra empatía. Que la gente comprenda que un gesto, como es compartir en sus stories uno de nuestros post, lleva menos de 10 segundos y puede cambiarle la vida a alguien. Igual que dejar de tomarse una cerveza en el centro de la capital, unos tres euros, puede convertirse en una comida para una persona que lo está pasando mal.
Ya hay plataformas especializadas en buscar trabajo como Infojobs o LinkedIn. ¿Qué es lo que puede aportar Un Mismo Equipo? ¿Qué hueco viene a llenar?
Nosotros no pretendemos ser un portal de empleo o una empresa de trabajo temporal, sino una organización que conectemos personas, queremos ser una red social dentro de otra red social como es Instagram. Pero actuamos como una plataforma SOCIAL, con mayúsculas. Nosotros mostramos personas que por diversas circunstancias necesitan un empleo para retomar las riendas de su vida. Sin trabajo, sin horarios y sin una rutina es muy difícil volver a sentirse realizado y feliz. Yo mismo pasé una época muy jodida hace un par de años tras sufrir una leucemia… Había salvado mi vida, pero había perdido ciertas cosas en el camino como es una rutina o unos objetivos que son la clave para tener el coco en su sitio. Es paradójico, pero cuando peor estuve fue cuando me había curado. Porque mientras estaba luchando contra la enfermedad tenía un objetivo clarísimo que era vivir.
Decís en vuestra web que más del 20% de la población española vive por debajo del umbral de la pobreza. Es una cifra que sorprende. ¿Vivimos de espaldas a la pobreza?
Creo que cada vez menos. Cada vez vemos más casos cercanos de personas que han perdido todo por culpa de la crisis. Aunque mi generación es la de los jóvenes que hemos vivido dos grandes crisis, y eso, quieras que no, te convierte en un superviviente.