¿En qué consiste Salvalibros y cómo surge?
Es una campaña vecinal de recuperación de libros impresos para su re-circulación hacia diversas entidades y colectivos. Vivo muy cerca del Punto Limpio de Chamartín y lo visitaba con bastante frecuencia. Veía allí muchas familias que traían libros; cuando preguntaban dónde colocarlos y se les decía que van en el contenedor de “Papel y Cartón” para ser reciclados (es decir, ser destruidos para convertirlos en pasta de papel) los volvían a cargar en su coche. Por eso se nos ocurrió, en 2014, que sería interesante dotar al Punto Limpio de un contenedor específico para libros, con el objetivo de re-circularlos. Lo planteamos a la Junta del Distrito de Chamartín, al concejal le pareció una idea excelente, y consiguió una autorización para colocar en el Punto Limpio un contenedor para libros. Desde entonces la campaña ha ido creciendo año tras año, abordando la re-circulación de libros desde una perspectiva original.
Esta campaña forma parte de un conjunto de actividades que realiza la Asociación Naturbana que apuestan por la economía circular, ¿por qué?
Re-circular ciertos bienes en buen estado para reducir un consumo innecesario es prioritario para cambiar nuestras pautas de consumo y frenar el deterioro medioambiental. Nosotros decimos que el ejemplar de un libro es tanto más valioso cuantas más personas lo han leído. La economía circular también está presente en nuestra gestión del huerto vecinal Las 40 Fanegas y del Nodo de Compostaje Vecinal de Chamartín, donde compostamos los restos verdes del huerto y los restos que aportan familias y colegios. Es mucho más fácil recircular objetos y recursos en entornos pequeños y conocidos, que permiten un contacto más directo, de proximidad, para que las personas se involucren en los proyectos y los sientan propios.
¿En qué se diferencia el Proyecto Salvalibros de otras iniciativas de recirculación de libros?
Se puede sintetizar en dos palabras: clasificación y continuidad. Re-circular libros para ser leídos es mucho más complicado que conseguirlos. No aceptan libros usados las bibliotecas públicas, ni los colegios, ni organizaciones como la Cruz Roja (que deriva a Salvalibros todos los libros y juguetes usados que les ofrecen). Para facilitar una amplia re-circulación, nosotros revisamos los libros y los clasificamos por temas y por edades, para poder atender las necesidades de grupos específicos. Además, creamos, implantamos y atendemos “Bibliotecas Salvalibros”, gratuitas y autogestionadas, en Centros de Salud, Centros Sociales y Culturales, donde los vecinos pueden llevarse y traer libros responsablemente. Es decir, son proyectos sociales en los que todas van descubriendo el poder de las actividades colaborativas, llevando lectura de calidad a lugares y colectivos que los circuitos tradicionales u oficiales excluyen.
En todos estos proyectos se observa un nexo común: parten de las “3R” para acabar desarrollando la inclusión, la creación de comunidad y el empoderamiento de los más vulnerables…
Exacto. Por un lado, aquellos que aportan libros y juguetes se sienten parte de un grupo de vecinos solidarios que participan en una iniciativa vecinal que apuesta por la sostenibilidad. Por otra parte, en muchos repartos de libros solicitamos a los niños que nos entreguen algo a cambio, por ejemplo, un dibujo. De este modo no sienten que los ricos entregan algo a los pobres, sino que lo viven como un intercambio de algo valioso para ambas partes.
Nos interesa seguir ampliando la recuperación de libros. Por ejemplo, colocando contenedores específicos en todos los Puntos Limpios de Madrid. Nos gustaría poder dotar a todos los Centros de Salud de Madrid con bibliotecas infantiles. Nos encantaría poder colaborar con las bibliotecas de los Centros Cervantes en diversos países. Y sería una gran satisfacción que, a través de este proyecto, Madrid pudiese donar muchos libros a los pueblos de “la España vacía”.
¿Qué tipo de gente participa en este proyecto y qué les supone hacerlo?
Nos emociona cuando algunos vecinos y vecinas se asumen como recuperadores de libros y otros enseres, y nos llaman todos los meses para que recojamos los tesoros que han conseguido. Nos da un subidón cuando vamos a llevar juguetes al Mercado Gratis y nos encontramos con una fila de niños aguardando nuestra llegada, y luego los escuchamos repartiéndose lo que les llevamos. Nos impresiona verificar que las bibliotecas infantiles que implantamos en los Centros de Salud son ampliamente utilizadas por los niños que acuden a la consulta de Pediatría; incluso se ven madres y abuelas leyendo cuentos en voz alta a varias niñas y niños!!! Nos alegra de sobremanera cuando recuperamos libros imposibles de conseguir por Internet o en librerías de 2ª mano: son saberes que no se pierden ni se destruyen. Nos fortalecen las dificultades que encontramos en nuestro crecimiento; excitan nuestra imaginación, y nos motivan para encontrar nuevos circuitos de re-circulación.
Por último, cerramos todas las entrevistas pidiéndole al entrevistado que anime a los lectores a contar sus historias y a compartirlas en nuestro espacio, ¿te importaría hacerlo con tus propias palabras?
Salvalibros es una iniciativa abierta que se alimenta de diversas colaboraciones. Está claro que vuestros lectores son sensibles y creativos, por lo que pueden proponer nuevos desarrollos del Proyecto Salvalibros. Por eso les pregunto ¿Qué se os ocurre? ¿Qué nos proponen?